Todos sabemos lo que es un restaurante, ¿Pero por qué se llama así?
Para todos nosotros, esta palabra es muy familiar, tan familiar que ni siquiera nos molestamos en investigar sus orígenes. Pero si nos asomamos un poco a la historia, vamos a ver que hay algo congruente, interesante e incluso poético en ello. Así que, sin más, te platico los orígenes del término.
En 1795, un empresario francés de apellido Boulanger abrió en París una taberna donde se ofrecían caldos y sopas, esto con la finalidad de “reconfortar el cuerpo” de quien consumía dichos platos. Para anunciarse, el innovador empresario puso un cartel a la entrada de su negocio donde se leía en latín vulgar la siguiente frase:
“Venite ad me omnes qui stomacho laboratis et ego restaurabo vos.”
Que se traduce textualmente como: “Vengan a mí, hombres de estómago cansado, y yo los restauraré.”
Y fue así que nace el término “restaurante”, es decir, un lugar para restaurarnos. Dado que el eslogan completo era demasiado largo, este se fue simplificando hasta reducirse a una sola palabra, donde lo más importante era la idea de “restaurar” a aquel que se sintiera hambriento. Sin embargo, tras la Revolución Francesa, la alta cocina comenzó a ponerse al alcance de todo aquel que tuviera el dinero para pagarla, y así es que los “restaurantes” comenzaron a popularizarse más como un modelo de negocio.
Aquí, analizando este mismo fenómeno y a este personaje innovador que fue Monsieur Boulanger, descubrimos cómo nace la primera idea mercadológica para quienes lucran con la preparación y venta de alimentos procesados. Él no solo generó el término restaurante gracias a su eslogan, sino que, además, en su propio negocio, donde se preparaban dulces y pasteles de muy buena calidad y que cobraron notoriedad, es que ahora las panaderías francesas se llaman boulangeries, y esto con base en el apellido de este gran hombre. No sabemos si fue un genio y visionario de la mercadotecnia o simplemente un hombre de iniciativas a quien una ocurrencia le dio un lugar en la historia.
Y es así, mis queridos e inexistentes lectores, que podemos descubrir cómo la palabra “restaurante” tiene un origen muy noble: el genuino deseo de restaurar el cuerpo y el alma de quien acude a nuestro negocio para disfrutar de alguno de los platos ofrecidos, así como de la hospitalidad del lugar.
Chef Luis Jiménez.