Trabajamos en una industria que es muy cruel para el medio ambiente, créanlo o no, el impacto ambiental de una cocina es fuerte, generamos derrame de aceites y grasas en el agua, y si bien tenemos las famosas y nauseabundas “trampas de grasa”, estas no son infalibles y algo de nuestros grasosos desechos si se van, derramamos mucha agua, una gran parte de ella, se va altamente contaminada como agua gris, y también generamos aguas negras a través de nuestros baños, generamos mucho desperdicio de alimentos a través de mermas, y más si trabajamos en una cocina donde servimos platillos caros en donde una pequeña mancha en un vegetal lo descalifica y lo condena a nuestro basurero, fomentamos la ganadería que también es un azote medioambiental, consumimos muchas especies animales a las que le estamos diezmando la población, ya que las consumimos en un volumen mayor al que estas se pueden reproducir, tal como lo es el atún, algunos moluscos, crustáceos y otras especies marinas, generamos también una cantidad inmensa de basura, mucha de ella no biodegradable… Y la lista puede seguir y seguir.
Ahora vamos pensando en lo que podemos hacer para redimirnos un poco con la madre naturaleza.
Se me ocurren muchas ideas, pero casi todas ellas basadas en moderar nuestras practicas y consumos, es decir, no puedo dejar de usar agua, aunque si usaré menos de la habitual, también puedo bajar la cantidad de mis carnes en el menú, sin embargo, no las puedo erradicar por completo, y bueno, podemos hacer un esfuerzo para ser mas conscientes y ejercer mayores cuidados y lograr una mejora a través del cuidado y la moderación, sin embargo no me quedo satisfecho, necesito una víctima, un chivo expiatorio, quiero cortar una cabeza, ¿y saben?, ya lo tengo!!!… Si, hay algo que puedo erradicar por completo y además, satanizarlo a modo de que se le pueda ver como al enemigo público número uno, al mas buscado por el F.B.I. Y la Interpol, al que el mundo musulmán condenaría a muerte al emitir una “sharia”.

San Francisco YA lo prohibió!
Si señores, voy a dirigir toda mi ira y frustración a este material diabólico: El unicel, la espuma de poliestireno, o polietileno expandido.
¿Y porque este furibundo chef se encarniza con ese material tan ligero, práctico , económico y conveniente?
Porque no es biodegradable, es nocivo, y su producción y comercialización es tan económica, que reciclarlo se vuelve en algo que nisiquiera se considera, y vamos, en una nota mas personal, es feo, es desagradable al tacto y yo ya lo relacioné con una práctica descuidada e ingrata.
Para mi este es el Osama Bin Laden del terrorismo ambiental, es el Donald Trump de la política, es decir, una creación despreciable.
Miren, me pueden servir la comida de Joel Robuchon en un plato de estos, y mas van a tardar en ponerlo en mi mesa, que yo en devolverles una mirada de reproche y despreciándolos, (sí, llevo un “chairo” dentro, un rojillo, un bolchevique de tres pesos, un hippie frustrado e iracundo -como si tal cosa existiera- y un activista de sillón) sencillamente lo considero un acto de lesa humanidad.
No lo hagan, y transmitan el mensaje a sus colaboradores: ¡HAY QUE DEJAR DE USAR CONTENEDORES DE UNICEL PARA SERVIR NUESTROS ALIMENTOS!
Ya desde hace mas de cinco años, en la empresa a la que pertenezco, se dejó de usar, al principio hubo resistencia, ya que cambiamos a un material altamente biodegradable -y más caro-, de hecho, es tan biodegradable, que este se comenzaba a deshacer a los pocos minutos, por lo que en la base le ponemos una hoja de papel aluminio (reciclable) y el asunto está resuelto.
Si, mis márgenes de utilidad disminuyeron de forma casi imperceptible, pero me genera una gran satisfacción, ahora hay muchas otras cosas en las que hay que trabajar en pro de la sustentabilidad, pero el haber erradicado el unicel me ayuda a dormir con la conciencia un poco mas tranquila.
Se que no lo podemos desaparecer de la fas de la tierra así como así, y hay soluciones que simplemente no se pueden dar sin este material, pero por lo menos dejemos de usarlo en nuestras cocinas.
¿Te parece si apoyamos el movimiento?
Nuestra industria consume muchísimo de este producto, así que como cocineros que se unen, si podemos hacer una gran diferencia a largo plazo.
Luis Jiménez